sábado, 17 de noviembre de 2012

DIOSES

Dioses originarios: Los Titanes

En la mitología griega, los Titanes —masculino— y Titánides —femenino— (en griego antiguo Τιτάν, plural Τιτνες) eran una raza de poderosos dioses que gobernaron durante la legendaria edad dorada.
Los Titanes fueron doce desde su primera aparición literaria, en la Teogonía de Hesíodo; en su Biblioteca mitológica Apolodoro añade un decimotercero, Dione, una doble de Tea. Estaban relacionados con diversos conceptos primordiales, algunos de los cuales simplemente se extrapolaban de sus nombres: el océano y la fructífera tierra, el sol y la luna, la memoria y la ley natural. Los doce Titanes de la primera generación fueron liderados por el más joven, Crono, quien derrocó a su padre, Urano (‘Cielo’), a instancias de su madre, Gea (‘Tierra’).
Posteriormente los Titanes engendraron una segunda generación, notablemente los hijos de Hiperión (Helios, Eos y Selene), las hijas de Ceo (Leto y Asteria) y los hijos de Jápeto (Prometeo, Epimeteo, Atlas y Menecio).
Los Titanes precedieron a los doce olímpicos, quienes, guiados por Zeus, terminaron derrocándolos en la Titanomaquia (‘Guerra de los Titanes’). La mayoría de ellos fueron entonces encarcelados en el Tártaro, la región más profunda del inframundo.


Gea o Gaya (en griego antiguo Γαῖα Gaĩa, Γαῖη Gaĩê o Γῆ Gễ, ‘suelo’ o ‘tierra’) es, en la mitología griega, la diosa que personifica la Tierra. Es una deidad primordial y ctónica en el antiguo panteón griego y se la consideraba una Diosa Madre o Gran Diosa. Su equivalente en el panteón romano era Terra.

En la mitología clásica, Urano (en griego antiguo Οὐρανός Ouranos, ‘cielo’, ‘firmamento’, latinizado Uranus) es el dios primordial del cielo. En la mitología griega era personificado como hijo y esposo de Gea, la Madre Tierra. Ambos fueron ancestros de la mayoría de los dioses griegos, pero ningún culto dirigido directamente a Urano sobrevivió hasta la época clásica.

La mayoría de los griegos consideraban que Urano era un dios primordial (protogenos), y no le asignaban padres. Bajo la influencia de los filósofos, Cicerón afirma en De natura deorum que era descendiente de los antiguos dioses Éter y Hemera, el Aire y el Día. Según los himnos órficos, Urano era el hijo de la diosa de la noche, Nix. Su equivalente en la mitología romana era Caelus (de caelum, en latín ‘cielo’).

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